La música de Jack Johnson inspira relax, básicamente. Sus discos forman parte de mi repertorio a la hora de amenizar una cena. Son la banda de sonido de esos momentos que exigen tranquilidad. Quienes conozcan las canciones de este surfer hawaiano, sabrán de qué hablo.
Entonces, al imaginar ver su show en vivo, lo primero (y en mi caso, lo único) que surge es la siguiente situación: un teatro, algunas mesas, en lo posible un rico vino, y los artistas enfrente.
Anoche, en GEBA, el decorado fue bastante diferente: un predio enorme, a cielo abierto, mucha gente, distancias enormes. Nada tenía que ver con las expectativas generadas. Es muy personal, pero el contexto hace al show, y en el de Jack Johnson ambas partes estaban desconectadas.
Si bien todo lo demás fue aceptable -buen sonido, interpretaciones perfectas, un Jack simpático, organización correcta- no alcanzó para generar ese clima imaginado durante mucho tiempo.
El de Jack Johnson fue un show correcto. Y no digo "recital" porque no lo considero como tal. (no se porqué, pero para mí un recital es otra cosa).
De todos modos, de algo no caben dudas. Es un gran creador de canciones. Y el mejor soundtrack para una noche inolvidable.
POR MATI CASULLI
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